¿Llegaremos a hablar de territorios socialmente responsables?
octubre 15, 2010 Deja un comentario
La responsabilidad social corporativa más que un modelo a seguir ha de ser una filosofía y como tal debe aplicarse en todos los ámbitos de la empresa.
Cuando hablamos de responsabilidad Social corporativa (RSC) llegamos a la conclusión de que no existen formulas mágicas ni una lista específica de pasos a seguir para lograrla, aunque para comenzar podríamos decir que los pilares estarían relacionados con establecer una estrategia corporativa que sea responsable y que se aplique a nivel interno y externo. Estaríamos hablando de empresas que gestionan su responsabilidad y dicho compromiso está basado en la equidad, es decir, debe existir un ida y vuelta para con uno mismo y los demás. Teniendo en cuenta estos principios, resulta implícito encontrar en la RSC los beneficios que harán que nuestra empresa incorpore normas de calidad, eficacia y eficiencia y que, por tanto, repercutan en resultados positivos.
Este proceso estaría integrado dentro de un manual de buenas prácticas como algo que forme parte de la propia empresa y que esté relacionado directamente con la gestión y la dirección estratégica. La RSC hoy en día no es una moda, sino que significa una nueva forma de entender la empresa, con principios éticos. Dicho manual debería apuntar a la mejora basada en valores, el establecimiento de vínculos y la definición de un código ético. Para lograrlo es imprescindible llevar a cabo una gestión transparente, sostenible y saber rendir cuentas. No estamos hablando de mero filantropismo ya que normalmente cuando alguien habla de RSC la primera idea que nos viene a la cabeza se centra en colaboraciones con entidades del tercer sector social o bien con prácticas que tienen que ver con el respeto al medio ambiente. Efectivamente esto también es RSC pero la buena gestión va más allá de una mera colaboración. Cuando trabajamos conjuntamente con una entidad, es imprescindible tener valores comunes y contar con propuestas específicas, que nos hagan sentir socios, generar confianza y establecer alianzas. La filosofía de la RSC se basa en analizar el impacto positivo que las buenas prácticas pueden tener dentro y fuera de nuestra empresa.
En la actualidad son muchas las empresas que integran la RSC en su hacer, explica Josep Maria Canyelles experto en el tema, y van desde las grandes corporaciones hasta las pequeñas empresas familiares, pasando por las PYMES. La razón: La RSC crea confianza a nivel interno y externo situación que da como resultado un crecimiento sostenible basado en la calidad y el compromiso. Teniendo en cuenta esta visión, la RSC debe aplicarse a todos los niveles, en las normas básicas internas, en los efectos y resultados y en el entorno. Se trata de una gestión que deja de lado la mediocridad ya que, sin importar que la empresa sea grande o pequeña, estaría dirigida por líneas estratégicas que implican cierto nivel de eficacia. Así es posible obtener resultados beneficios, mejorar la imagen, la confianza, la seguridad en el trabajo, la buena gestión de los recursos humanos y establecer relaciones positivas y de respeto con el entorno que nos rodea, el medio ambiente y las personas.
Lo ideal sería que la RSC pudiera extenderse y traspase las fronteras de la propia empresa para poder hablar de territorios socialmente responsables, explica Canyellas, en donde todos los actores, las empresas, las ONL, los profesionales, la ciudadanía, las corporaciones y el sector público, gestionen su responsabilidad, no sólo para mejorar el entorno y las relaciones entre si, sino como camino hacia la excelencia individual y colectiva. Por suerte, asegura el especialista, cada vez más la tendencia apunta a la aplicación de esta filosofía a nivel global.
LFG.